Para cerrar la brecha de crecimiento con respecto a los pequeños actores, los inversores estratégicos en bienes de consumo envasados, venta minorista y alimentos y bebidas necesitan un mapa que impulse un proceso más efectivo y eficiente para identificar a los futuros ganadores.
Con demasiada frecuencia, las empresas que venden sus productos a través de distribuidores y otros minoristas gastan importantes recursos en acceder a las cuentas gestionadas por ellos, para tratar de evitar el efecto caja negra.
Sin embargo, lo hacen sin saber exactamente si lo están haciendo de la manera más eficiente, por lo que pierden oportunidades de dirigirse a las cuentas con mayor potencial.
El aislamiento de las partes interesadas, la falta de coordinación del gasto, la falta de visibilidad de la rentabilidad y la falta de seguimiento de las acciones comerciales y de marketing provocan la frustración de las cuentas y, finalmente, la pérdida de negocios.