Los recolectores y comerciantes de cereales se enfrentan a costosas incertidumbres en sus márgenes, ya que tanto la cosecha como las ventas son poco predecibles.
Especialmente dada la complejidad de la estructura de la cadena de suministro (gran cantidad de productos, puntos de almacenamiento, clientes, modos de transporte), las capacidades y herramientas de planificación actuales son limitadas, lo que dificulta la actualización de los planes en función de cambios repentinos en las suposiciones